Morir
con la efímera cualidad del deseo,
El
deseo que vive con el ánimo de superarse
Cuando
desde lejos yo a ti te veo
Mi
alma no logra contenerse ni calmarse.
El
elogio que de tu alma se desprende,
Trae
consigo la esperanza de embellecerme,
Mi
triste pensamiento deferente se sorprende,
Y la
sonrisa de tus labios logra enaltecerme.
Logras dilatar lo que me es posible,
Y
buscas opacar la llama ennegrecida
Que
sale destacando cada defecto invisible,
Y
mata la duda de mi cólera precedida
Anhelo
ese perfil lleno de perfecciones,
Que
en mis sueños veo día a día,
Por
el que intento dominar mis afecciones,
Y vivir sin resaltar lo que siempre aclamaría.
La
belleza absoluta sería para mí,
Como
una pequeña parte de una gran teoría,
A la
que ni en sueños seguí,
Para
comprender lo que entre tantas cosas pediría.
La
paciencia de querer conseguir algo inútil
Se
desploma entre todos mis intentos
Al
revelarse ante mi mirada sutil
Los
estereotipos en modos violentos.
No
basta creer solamente la verdad
Que
en la belleza se oculta a pocos,
Más
conviene estar en una gran ciudad
Y
mostrar la causa como unos simples locos.
Todos
los hombres naces iguales,
Pero
es la última vez que lo son,
Porque
sus impulsos reales
Los
llevan a convertirse en una atracción.
Nos
han mostrado un mundo superficial,
En
el que solo nos guía una gran preocupación
Para
exaltar los momentos como un solo material
Que
quita toda importancia a nuestra ocupación.
La
cultura en general, me demostró en instantes
Que
la mente superficial, se basa en un complejo,
Que
se llena de apariencias constantes
A
las que no se escapa ni el más pendejo.
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